A 35 años del último levantamiento carapintada: el día que Buenos Aires fue una zona de guerra.
- chacoenalta

- hace 3 días
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El 3 de diciembre de 1990, Buenos Aires despertó en medio de un clima de guerra urbana. Calles tomadas, ráfagas de disparos, explosiones, tanques circulando por la ciudad y edificios militares bajo ataque marcaron el cuarto y último levantamiento carapintada, liderado por el coronel Mohammed Alí Seineldín. La rebelión dejó 14 muertos, casi 200 heridos y selló el final de las insurrecciones militares que habían tensionado la democracia argentina desde 1987.

Una madrugada convulsionada
A las tres de la mañana, grupos rebeldes tomaron el Edificio Libertador, el Regimiento de Patricios en Palermo y el Batallón 601 de inteligencia, entre otros puntos estratégicos. También se sublevaron efectivos en la Prefectura Naval y en TAMSE, la fábrica de tanques en Boulogne.
El movimiento esperaba un efecto contagio dentro de las fuerzas armadas. Pero esta vez, el Gobierno estaba avisado. Y decidió no negociar.
Menem ordena reprimir: “a degüello”
Carlos Menem fue notificado de madrugada. Ingresó a Casa Rosada con un arma en la cintura y ordenó la represión inmediata, una postura muy distinta a la de los levantamientos anteriores.
Los militares leales, comandados por Martín Balza y Martín Bonnet, respondieron con dureza. Por primera vez desde el retorno democrático, las fuerzas del Ejército se enfrentaron entre sí con fuego real para frenar una rebelión interna.
El fallido plan de Seineldín
Mientras estallaba la violencia en Buenos Aires, Seineldín intentaba escapar de su lugar de arresto en San Martín de los Andes para ponerse al frente del levantamiento.
Su plan fracasó punto por punto:
No logró abordar el avión en Chapelco.
Las tropas que debían buscarlo nunca llegaron.
La Fuerza Aérea no se plegó.
Terminó volviendo a pie al cuartel. Por la radio escuchó, impotente, el derrumbe de su propia operación.
Muertes, caos y tanques en las calles
El levantamiento quedó marcado por su brutalidad. En el Regimiento de Patricios, los rebeldes asesinaron al teniente coronel Hernán Pitta, al mayor Federico Pedernera y a un conscripto.
En Boulogne ocurrió una de las imágenes más estremecedoras del día: un tanque rebelde arrolló un colectivo de la línea 60, provocando la muerte de cinco pasajeros.En Prefectura, los intercambios de disparos dejaron heridos, entre ellos los periodistas Jorge Grecco y Fernando Carnota.
La ciudad se transformó en un campo de batalla: brazaletes blancos para los leales, rojos para los rebeldes.

La rendición y el fin
A las 19, tras más de 15 horas de enfrentamientos, los rebeldes del Edificio Libertador finalmente se rindieron. El Gobierno celebró el triunfo apenas horas antes de recibir la visita del presidente estadounidense George Bush.
Seineldín fue condenado a cadena perpetua, aunque en 2003 recuperó la libertad tras un indulto firmado por Eduardo Duhalde. Murió en 2009.
Un punto final para las asonadas militares
El fallido alzamiento de 1990 cerró definitivamente una etapa de inestabilidad militar que había resurgido con los levantamientos iniciados en Semana Santa de 1987.Desde entonces, las Fuerzas Armadas quedaron reencuadradas bajo el mando democrático, iniciándose un período sin nuevos episodios de insubordinación.
A 35 años, la fecha recuerda el día en que Buenos Aires se convirtió en un escenario bélico urbano, y en el que la democracia argentina afirmó, con sangre y fuego, su decisión de no volver atrás.









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