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El sector cárnico chaqueño alerta por la escasez de hacienda, la presión impositiva y la caída del consumo.

El vicepresidente de la Cámara de Frigoríficos del Chaco, Julio Augusto, trazó un panorama preocupante para la industria cárnica provincial y nacional. En diálogo con Radio Natagalá, el empresario analizó un escenario marcado por la falta de hacienda disponible, el avance de los costos productivos, la presión tributaria y una demanda interna debilitada por la pérdida de poder adquisitivo.


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Un mercado atravesado por la escasez


Augusto indicó que la reducción de animales aptos para faena se siente en toda la cadena. Durante los últimos años —detalló— los productores enviaban a los feedlots animales livianos, pero ese esquema perdió rentabilidad y obligó a modificar la estrategia.


“Hoy conviene encerrar animales más pesados, de 240 o 250 kilos”, explicó.


La falta de terneros disponibles elevó el valor de la invernada y generó un beneficio coyuntural para el productor, pero tensionó el abastecimiento interno y empujó los precios.


Efecto exportación: precios locales rumbo a valores internacionales


Con la apertura de nuevos mercados y la ampliación de cuotas, el empresario advirtió que el precio en góndola podría alinearse cada vez más al valor que pagan los exportadores.


“Si sigue todo así, el mercado interno va a pagar lo mismo que paga un exportador”, señaló, al remarcar que China y Estados Unidos demandan animales pesados, lo que reduce la oferta para el mercado doméstico.


No obstante, manifestó expectativas de que el Gobierno implemente medidas que atenúen el impacto en los consumidores, como una posible reducción del IVA para la industria.


El consumo navideño ya no es lo que era


Augusto remarcó un cambio cultural en los hábitos de compra. Según su análisis, las fiestas de fin de año dejaron de ser el momento de mayor consumo, como ocurría tradicionalmente.


El calor, las nuevas costumbres alimentarias y el deterioro de los salarios trasladaron los picos de demanda hacia fechas como el Día de la Madre y el Día del Padre. La carne, dijo, “todavía es barata para el argentino”, aunque la pérdida de poder adquisitivo obliga a muchas familias a comprar “por monto y no por kilo”.


La presión impositiva y la competencia ilegal


El empresario también apuntó contra la carga tributaria, a la que calificó como uno de los factores que más encarece el precio final. En paralelo, denunció la existencia de carnicerías que operan sin controles sanitarios.


“Es peligroso para la salud”, advirtió, y destacó que la venta ilegal afecta al comercio formal y pone en riesgo a los consumidores.


Sobre el cuatrerismo, fue categórico: la comercialización de carne sin sello, sin cadena de frío y trasladada en condiciones precarias representa un problema severo. Para Augusto, la responsabilidad alcanza tanto a quien roba como a quien compra.


El derrumbe del valor del cuero


Otro tema crítico es el desplome del precio del cuero, un subproducto que históricamente aportó ingresos importantes a los frigoríficos.


“Hoy el cuero no vale nada; es solo trabajo y pérdida”, lamentó, al señalar que la caída se acentuó hace más de una década y golpea con mayor fuerza en el norte del país.


Calidad y consumo actual


A pesar de las dificultades, Augusto defendió la calidad de la carne chaqueña y el avance genético logrado por las cabañas de la región. “Mejoró una barbaridad”, afirmó.


En cuanto al consumo, explicó que los cortes económicos concentran la mayor demanda: carne molida, hamburguesas y chorizos. Entre los premium, destacaron el bife de chorizo, el ojo de bife, la picaña y la costilla banderita.


También insistió en que un asado en casa sigue siendo más accesible que comer en locales de comida rápida.


Impacto en el empleo


La caída de la faena y del consumo obligó a las empresas a sostener planteles con esfuerzo. Augusto explicó que muchas plantas absorbieron costos durante meses para evitar despidos.


“Uno trata de cuidar a la gente que está desde hace años”, dijo, y remarcó que salarios dignos son esenciales para el funcionamiento del mercado interno: “Si los trabajadores cobran bien, nosotros también vendemos bien”.


Vínculo con la comunidad


El empresario destacó la promoción destinada a jubilados en una de sus sucursales y celebró la identificación de los clientes con los productos derivados de su marca. Con tono personal, cerró:


“Estoy orgulloso de lo que hago. Mi frigorífico se llama Pete, y es mi frigorífico”.


Si querés, te armo copy para redes, reels o títulos alternativos.


 
 
 

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